Comunidad dominicana en Nueva York llora la trágica muerte de Héctor Reynoso.
Nueva York – La comunidad dominicana en Brooklyn se encuentra de luto tras el fallecimiento de Héctor Reynoso, un hombre de 59 años oriundo de Moca, quien perdió la vida en un trágico incidente ocurrido en un restaurante del sector East New York, donde trabajaba como ayudante de cocina.
Según los reportes preliminares, Reynoso fue sorprendido durante su jornada laboral por Wilbert Salazar, un antiguo compañero de trabajo, identificado como el principal sospechoso del hecho. Testigos relataron que Reynoso ingresó al baño del establecimiento cuando fue seguido por Salazar, lo que desencadenó la situación que conmocionó a quienes se encontraban en el lugar.
Tras el incidente, Reynoso fue trasladado de urgencia a un hospital cercano, pero los esfuerzos médicos no lograron salvarle la vida. Su muerte provocó profundo pesar entre sus colegas, vecinos de Brooklyn y familiares en su natal Moca, donde era reconocido como un hombre trabajador, dedicado a su familia y con estrechos lazos comunitarios.
Los hijos del señor Reynoso, visiblemente afectados, han exigido justicia y el esclarecimiento del caso, resaltando que esperan que el proceso judicial se conduzca de manera firme contra el presunto responsable.
En Moca, familiares, amigos y vecinos han expresado su pesar, destacando los valores, la dedicación a sus hijos y nietos, y el compromiso con su comunidad que caracterizó a Reynoso, quien mantuvo siempre el vínculo con su tierra natal a pesar de residir en Estados Unidos durante varios años.
Las autoridades judiciales de Nueva York continúan investigando los antecedentes del suceso y recopilando pruebas y testimonios para sustentar el proceso en contra de Salazar. Mientras tanto, la familia prepara actos religiosos y homenajes para despedirlo, resaltando su legado como padre, abuelo y trabajador incansable.
La partida de Héctor Reynoso deja un vacío difícil de llenar, pero también ha unido en el dolor a dos comunidades: la de Brooklyn, donde construyó su vida, y la de Moca, que lo despide con respeto y cariño, esperando que su memoria permanezca como símbolo de dignidad y esfuerzo dentro de la diáspora dominicana.
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