Tensiones internas habrían marcado el relevo en SeNaSa: Santiago Hazim bloqueaba a Adolfo Pérez.

Por Kelvin Ortiz Faña.

Santo Domingo.– Nuevos elementos salen a relucir en torno a la crisis institucional que sacude al Seguro Nacional de Salud (SeNaSa), tras revelarse que el entonces director ejecutivo de la entidad, Santiago Hazim, mantenía una relación tensa y de abierta confrontación con Adolfo Pérez, quien llegó a sonar con fuerza como posible nuevo administrador de la ARS estatal.

De acuerdo con informaciones obtenidas por este medio, Hazim habría bloqueado políticamente y en el plano personal a Adolfo Pérez, evidenciando una enemistad que trascendió los espacios privados y tuvo impacto directo en las dinámicas internas del sistema de salud público.

Fuentes vinculadas al ámbito gubernamental señalan que el nombre de Adolfo Pérez circuló en distintos escenarios de poder como una opción para asumir la administración de SeNaSa, en medio de cuestionamientos a la gestión de Hazim y crecientes presiones por introducir cambios en la conducción de la entidad que maneja la cobertura de salud de cerca del 70 % de la población dominicana.

Sin embargo, estas aspiraciones habrían chocado con la resistencia frontal de Hazim, quien —según las mismas fuentes— utilizó su posición para cerrar espacios, bloquear interlocuciones y neutralizar cualquier intento de acercamiento institucional que pudiera allanar el camino a un relevo en la dirección de SeNaSa. A final, Adolfo Pérez fue designado como director en el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE).

Analistas políticos consultados coinciden en que este episodio revela luchas internas de poder, fracturas políticas y rivalidades personales dentro del aparato estatal, que terminan afectando la gobernanza de instituciones clave y debilitando la confianza ciudadana en la administración pública.

El caso cobra mayor relevancia en el actual contexto, cuando SeNaSa se encuentra bajo el escrutinio del Ministerio Público y la opinión pública, y donde se discute no solo la responsabilidad penal de exfuncionarios, sino también las decisiones políticas, alianzas y enemistades que marcaron el rumbo de la institución.

El tema continúa generando reacciones en los círculos políticos y abre un nuevo capítulo en el debate sobre la necesidad de despolitizar la gestión de la salud pública y fortalecer los mecanismos de control y transparencia en el Estado dominicano.