Segunda fumata negra: el cónclave sigue sin alcanzar el consenso necesario para que haya nuevo papa.

La fumata negra se repite en el cónclave para elegir al sucesor de Francisco, que este jueves entró en su segunda jornada. Los cardenales electores ya han votado tres veces a través de la chimenea de la Capilla Sixtina le transmitieron así al mundo que no han logrado el consenso necesario para que haya un nuevo papa en Roma.
El nuevo líder de los 1,400 millones de católicos requiere el apoyo de al menos 89 de los 133 cardenales que están encerrados e incomunicados dentro la famosa Capilla Sixtina, decorada con los frescos de Miguel Ángel.
A las afueras, en la plaza de la basílica de San Pedro, volvieron a congregarse los fieles esperando noticias sobre quién será el sucesor del argentino Jorge Bergoglio, fallecido el 21 de abril pasado.
Muchos de ellos saben que el proceso casi nunca se ha resuelto en las primeras votaciones de la reunión cardenalicia. Las elecciones de Benedicto XVI y Francisco tomaron dos días.
Las cámaras de televisión del mundo entero están enfocadas desde el miércoles en la pequeña chimenea que sale del techo de la capilla y de la que deberá salir la fumata blanca, el humo blanco, que informará que ‘habemus papam’ (expresión latina que significa ‘tenemos papa’).
Así empezó el cónclave para elegir al nuevo papa
Al grito en latín del » extra omnes», todos fuera, los cardenales se encerraron el miércoles en la Capilla Sixtina. Los llamados «príncipes de la Iglesia» quedaron aislados del mundo. Francisco nombró a cerca del 80% de los cardenales que participan en este cónclave.
Al inicio, los cardenales juraron guardar secreto sobre el proceso y desempeñar «fielmente» el papel de pontífice si alguno de ellos resultaba electo por «disposición divina».
Aunque no hay cámaras, ni testimonios de personas que estén dentro de la capilla, se sabe que, siguiendo la tradición, cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta y la coloca luego en un plato de plata, que se usa para depositarla en una urna ubicada frente al Juicio Final.
A partir de este jueves se espera que se realicen cuatro votaciones por día: dos serán por la mañana y dos por la tarde. Si, después de tres días, no se ha elegido ningún candidato, se detiene la votación para una jornada de oración, conversaciones informales y una breve exhortación espiritual a cargo del cardenal diácono de mayor rango, de acuerdo con el sitio de noticias del Vaticano.
Posteriormente, se reanuda la votación. Tras siete rondas adicionales sin éxito, se realiza otra pausa y una exhortación, primero a cargo del cardenal presbítero de mayor rango y, posteriormente, si es necesario, del cardenal obispo de mayor rango.
En caso de que después de 21 votaciones aún no se haya elegido ningún papa, se observa una pausa final para la oración, el diálogo y la reflexión. A partir de ese momento, los cardenales solo pueden elegir entre los dos candidatos que recibieron más votos en la ronda anterior. Aun así, se requiere una mayoría de dos tercios, y los dos candidatos en cuestión no pueden votar.
UNIVISION.
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